viernes, 18 de noviembre de 2011

Corporaciones de oficios medievales en Serge Hutin


 Entre  las múltiples agrupaciones medievales, las más célebres son las Guildas o corporaciones de oficios, en las cuales existían ritos iniciáticos, y cuyos usos  se perpetuaron hasta mucho después.     

La más sabia de esas Guildas era la de los "Albañiles"   [maçons],  constructores   de  los palacios y de las catedrales, adeptos del Arte real que entonces era la arquitectura, y depositarios de antiguos secretos: "Con todo derecho puede afirmarse que la geometría esotérica pitagórica se trasmitió desde la antigüedad hasta el siglo XVIII, por un lado a través de las cofradías de constructores  (que a la vez se trasmitieron, de generación en generación, un ritual iniciático en que la geometría desempeñaba un papel preponderante), y por otro, por la Magia, por los rosetones de las catedrales y los pentáculos de los magos." [ según dice M.G. Ghika en “El Número de Oro”].

De esos "Maestros de Obra", de esa masonería operativa, nació la francmasonería especulativa. En cuanto al Compañonaje, cuyos diferentes "Deberes" rivales se repartían  los  picapedreros,  los  cerrajeros, los carpinteros, y que por lo demás subsiste hoy, numerosas novelas han popularizado las cos­tumbres: los lazos y el bastón simbólicos; la "Vuelta de Francia"; las "cayennes", especies de mesones donde la “Madre” se ocupa del albergue y de la ropa de los compañeros...     

El rasgo común de todas esas Hermandades es la existencia de signos de reconocimiento, de ritos iniciáticos de afiliación, de tradiciones que llegan a la más remota antigüedad, algu­nas de las cuales se encuentran en la Masone­ría moderna, como la célebre leyenda de la construcción del Templo de Jerusalén por Hiram.

Nota: Texto del libro de Serge Hutin Las sociedades secretas, del capítulo III .

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