miércoles, 23 de mayo de 2012

Domo de la Roca y Templarios -3-


La escatología es uno de los elementos fundamentales en el islam y cuentase, por otro lado, que en la cripta de los oratorios el Profeta quiso indicar cuando acabará el mundo puesto que clavó sobre una plancha de jaspe, incrustada en el suelo, un total de diecinueve clavos. Cada uno de ellos va desapareciendo al cumplirse un siglo, y milagrosamente es a su vez clavado como fijación del Trono de Dios. Así lo relata Manuel Ibo Alfaro, historiador y escritor, miembro del Consejo Supremo de los Caballeros Hospitalarios y caballero de la Real, Militar y Pontificia Orden del Santo Sepulcro que tuvo la suerte de poder acceder a este lugar en 1877, fruto de una inteligente gestión diplomática ante las autoridades turcas.

Informa este riojano ilustre que, hasta 1857, sólo los musulmanes podían acceder a la explanada y, por tanto, al Domo y a al-Aksa. Con tal rigor se aplicaba esta norma que si alguien osaba transgredirla se le cortaba la cabeza sin el menor aviso. A partir de ese año se permitió el acceso a la oficialidad francesa en agradecimiento del sultán turco al gobierno francés por su apoyo en la Guerra de Crimea. 

Hoy día el acceso, con ciertas limitaciones de horarios, se permite a cualquier persona. No obstante, el Rabinado Principal de Jerusalén tiene prohibido pasear por esta Explanada del Templo a cualquier judío, justificándolo por el sacrilegio que podría cometer el creyente judío si pisara el solar donde estaba ubicado el Sancta Santorum dado que dudan que rodease a al-Sakra. "Podría estar en cualquier lugar", aducen.

El alma poética y el profundo espíritu religioso cristiano de Ibo Alfaro captó la sacralidad de al-Sakra y su simbolismo arquetípico como Centro del Mundo. Quedóse embelesado: "Seducido por mágicas ideas, me quedé inmóvil junto a aquel peñasco... Miraba la Roca de Moria y a fuerza de mirarla quería ver en ella algo de lo mucho grande que en ella fue; quería ver el Arca santa, y las Tablas de la Ley, y el Altar de los holocaustos... Aquella mezquita plantada sobre el Sancta Sanctorum del templo de Salomón es, sin duda alguna, el primer edificio del Oriende y del Occidente; siempre, siempre lo que se ha sentado sobre el monte Moria, siempre ha sido lo más grande del mundo".  

Si la numinosidad de este enclave plagado de epifanías e hierofanías provocó esta impresión y sentimiento en Ibo Alfaro, en las postrimerías del siglo XIX, ¿qué acaecería en la mente y el alma de los monjes caballeros del Temple setecientos años atrás..?

Tres octógonos concéntricos caracterizan el interior del Domo: el central contiene La Roca y los  otros dos conforman en derredor suyo un doble deambulatorio.

Hay un relicario junto a la balaustrada de madera que protege la roca, y que era de hierro forjado en la Edad Media, colocada por los cruzados para impedir que los peregrinos se llevasen trocitos de piedra como reliquia, cual sucedía en la iglesia de la Ascensión de Jesús. Junto a la balaustrada existe un relicario plateado con varios pelos de la barba de Muhammad que son expuestos a los fieles un día del mes del Ramadán.


Durante la etapa de las Cruzadas se habilitó como iglesia con la denominación de Templum Domini, "Templo del Señor", y los canónigos regulares de San Agustín eran los que oficiaban los ritos cristianos. Pues bien, los Templarios fueron los verdaderos custodios de este santuario como lo prueba algunos de sus sellos con la figura exterior del Domo y la inscripción en su borde de Templum Domini.


NOTA: texto correspondientea mi libro Esoterismo Templario, ya agotado. También se incluye en el libro Temas de Estudios Templarios I, con más datos sobre la Explanada de las Mezquitas



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